Husmeando en las historias de verano,
retando la eficiencia de mi musa,
recuerdo en un pasado muy cercano
el siniestro escozor de aquella intrusa,
nefasta la maniática certera,
aclaro, por si acaso, es la medusa.
Un torrido pavór que se apodera
llevando los honores de su acoso,
prefiero ver el mar desde su vera
¡al diablo con el mal gelatinoso!.
Me acuerdo de mi danza temblorosa,
febril en el verano caluroso,
sabiendo la alimaña que me acosa
del mar salir ileso es una hazaña,
la próxima, ¡me voy a la montaña!.
Ja! no pasa nada, no desconozcas sus encantos. estoy segura que si lo miras desde la orilla tambien te bañas de el y recibes sus aguas saladas que curan y limpian.
ResponderEliminarUn abrazo y un feliz fin de semana
Andrés !! Muy bueno!! Siempre tienes buena musa
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